Confesiones de un HR Manager
Me contaba uno de los jefes de línea que ahora Manuel el responsable de producción, estaba más calmado, hace unos meses se había quedado sin voz gritándole a un empleado, era un hombre autoritario, la gente tenía que realizar el trabajo como él decía y no admitía ninguna equivocación, bueno las suyas si, iba siempre con la amenaza por delante, o se bajaban los costes o nos íbamos todos a la calle, colocando al gerente como el malo de la película.
Hace algunos años me regalaron para mi cumpleaños un viaje en globo por la Cerdanya, este viaje después de algunos años me llevo a una reflexión, que deseo compartir con todos vosotros, espero que os sea útil.
Esta es la historia de un muchacho que tenia muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.