Los 18 comportamientos más irritantes de los jefes en España

Atreverse a poner blanco sobre negro cuales son “Los 18 comportamientos más irritantes de los jefes españoles” constituye un paso más en la línea de investigación para lograr desentrañar tanto los factores que más motivan como los que acaban con la entrega, la voluntad y la energía de los buenos profesionales.

Como hemos visto, a menudo los profesionales que se marchan no buscan cambiar de empresa, sino de jefe.

Antes de dar paso a las cifras, sólo añadir que la nueva investigación airea los comportamientos de los jefes que más irritan, fastidian y minan la motivación a sus equipos. Para ello, les hemos preguntado a 750 profesionales de grandes empresas de España, con más de 3.000 respuestas concretas, sobre los cinco actos negativos que han sufrido

de sus jefes directos. Cabe destacar que la mayor parte de la encuesta se realizó entre profesionales cualificados, y no entre empleados de base.

1. Resultados generales

Falta de respeto y prepotencia: las conductas negativas más extendidas entre los jefes

Vivimos tiempos, en teoría al menos, de liderazgo, eficacia, compromiso, trabajo en equipo, proactividad y ética,... Sin embargo, y en la práctica, todavía hay jefes –demasiados–cuyas conductas habituales son la falta de respeto, la prepotencia, el no escuchar, la incompetencia directiva y la falta de apoyo al equipo y de trato humano. Destapamos

los 18 comportamientos que dificultan, incluso minan, la eficacia, el compromiso, el trabajo en equipo, la proactividad y ética de sus equipos. Profesionales cualificados de grandes empresas en España desvelan las peores conductas de los jefes españoles. Les hemos preguntado cuáles son los actos, comportamientos y conductas de los directivos que más les fastidian, desmotivan o irritan. Los resultados dibujan el mapa de los principales comportamientos que cualquier directivo o profesional ha de evitar o cambiar si no quiere minar consciente o inconscientemente la moral de su equipo y la efectividad de su organización.

Los colaboradores reclamaban a sus jefes capacidad de escucha, coherencia, claridad en la comunicación, reconocimiento y desarrollo, justicia y equidad. Seguramente, porque demasiado a menudo los profesionales (jefes o no) se han encontrado con todo lo contrario: falta de respeto, prepotencia, no escucha, incompetencia directiva y falta de apoyo al equipo.

los 18 comportamientos más irritantes de un jefe

Falta de respeto

Es el comportamiento negativo más extendido y repudiado por los empleados españoles. Se traduce en conductas relacionadas con la falta de consideración: hablar a gritos, groserías, falta de educación, broncas en público, mal carácter, etc. Las personas que han incluido esta conducta entre las más padecidas han sido ¡casi el 50%!, exactamente el 49,3%. Seguramente más de la mitad de la población laboral ha sufrido alguna vez a un jefe con malos modos y peores formas. Y, eso que hablamos de profesionales con nivel. Parece un tanto bochornoso que aún anden por ahí jefes que no saben estar a la altura de lo mínimo a lo que su puesto les obliga: guardar las formas en toda circunstancia. Este ha sido, con mucha diferencia el más extendido de los defectos.

Prepotencia

Es el segundo comportamiento negativo que más irrita a los profesionales españoles. Incluye vanidad, empecinamiento, protagonismo, “ir de superior por la vida”, etc. Más del 37% de los profesionales encuestados reconoce haber sufrido a un jefe arrogante y prepotente, con lo que ello suele suponer de desmotivación. Parece que a muchos se les sube el cargo a la cabeza y se creen “elegidos” o superdotados, perdiendo el sentido y tratando a su equipo de forma endiosada. Es uno de los errores típicos, no sólo entre personas que acceden a su primera jefatura. Hay muchos jefes que nunca descubren su equivocación en toda su carrera profesional, para desgracia de su equipo,de sus empresas y de ellos mismos.

No escuchar

Es el tercer comportamiento más destacado y detestado. Una vez más este aspecto resalta dentro de los fallos más extendidos entre los directivos y mandos españoles. Un 30,32% confiesa haber tenido un jefe que no escuchaba. Precisamente la escucha y la atención era reclamada en primer lugar por los colaboradores españoles en la

investigación ¿Qué se espera del jefe? Exactamente el 50% de la muestra (1.600 profesionales) pedían jefes “que escuchen y cuenten con sus ideas y opiniones”. La falta de atención y escucha provoca un efecto dañino de importantes consecuencias en el grado de implicación de las personas.

Incompetencia directiva

Se sitúa en el cuarto puesto de la escala de rechazo. Contempla aspectos como la falta de preparación, la desorganización y la ausencia de liderazgo, esencialmente. El 28,98% de los profesionales encuestados han lidiado con un jefe incompetente. Casualmente la incompetencia directiva se sitúa en el mismo lugar del ranking (cuarto) que la petición de reconocimiento para lo bien hecho y de corrección para lo no del todo bien desempeñado. Una tarea, obviamente, difícil o imposible para un jefe incompetente. Este factor es el que más crece en importancia a medida que el colaborador es más

veterano. A la larga, la experiencia parece priorizar este factor hasta colocarlo como el segundo más irritante, sólo precedido por la falta de respeto. También los jefes son mucho más exigentes con sus propios jefes ante esta conducta, ya que afirman haberla sufrido ¡más de un 30% de ellos!

Falta de apoyo

Es el quinto defecto más odiado. Incluye el no interesarse por los miembros de su equipo, no defender a su gente, no ocuparse de su promoción, no prestar ayuda, no dedicarle el tiempo necesario, no motivarle, etc. Ahora que el desarrollo del equipo y los roles de entrenador están siendo exigidos a los mandos, resulta que más de un

28,17% de los colaboradores no obtiene o no siente ese apoyo por parte de sus jefes. Así se comprenden mejor las grandes dificultades que los programas de mentoring y coaching acaban teniendo en muchas organizaciones, ya que si estos directivos no cambian su forma de actuar y entender la dirección, difícilmente sabrán aplicar correctamente alguna de estas disciplinas.

Falta de trato humano

Se sitúa ni más ni menos que en sexta posición, lo que revela su importancia en el día a día de la vida profesional. Está muy relacionado con la falta de apoyo, pero desde un enfoque más personal que profesional. Se trata del calor en el trato entre dos seres humanos. En este caso, de su falta o escasez. Retrata a jefes que son o se muestran insensibles ante los problemas personales, orientados sólo al resultado e ignorando a las personas. También se aplica a la falta de contacto y de relación con su gente. En suma, a ser inaccesible. El discurso de que las personas son lo más importante de la empresa está en boca de todos desde hace años. Sin embargo, el 25,61% afirma haber sido tratado de forma fría y lejana. La falta de calor humano en la relación empresarial es un factor de desmotivación importante. No se trata ni de paternalismo, ni de la frialdad de tratar al equipo como “recursos”, como si fueran meras herramientas.

No implicación

El rehuir los problemas, la falta de criterio, el ser voluble o pasota, el actuar con apatía y desgana. En suma, el no implicarse... Es uno de los comportamientos que antes puede acabar con la fe en el jefe. La no implicación en alguna de sus facetas afecta a prácticamente un 25%, según los profesionales encuestados. Los colaboradores no perdonan que su responsable no actúe con criterio, con claridad y coherencia. Si se comporta como un mero correo de la dirección, esquivando responsabilidades y dejándose llevar, pronto generará estrés e incomprensión en su equipo, que se verá desvalido, cuando no manipulado y desorientado.

No controlar bien

Reprender en exceso y felicitar poco o nada” es otra de las conductas que más irritan y desmotivan a quienes las sufren en su piel (24,66%). De hecho, el ejercicio de un control represivo puede generar fácilmente sensación de acoso moral y persecución. Curiosamente, la no implicación y el mal control han sido experimentados en ambos casos por el 24,66% de los profesionales preguntados, posiblemente porque la no implicación conlleva un mal control. Lo anecdótico de esto es que la mayoría de los jefes no son conscientes de este generalizado defecto de dirección. Suele ser causa directa de jefes orientados a la tarea olvidando a las personas. Así, la presión mal entendida y la obsesión por el resultado provoca el machacar a las personas, y convertir el feedback mal ejecutado en una moderna versión del látigo y el escarmiento.

Autoritarismo

Es el noveno error más destacado, también con índices que rozan el 25%. El “ordeno y mando”, la imposición “por que sí” y las conductas despóticas aún están demasiado extendidas entre los directivos y jefes españoles. Lo peor es que suele ser síntoma claro de debilidad interior. Y, la mayoría de las veces, la coraza que se pone el directivo mediocre para guardar distancia con su gente, minando su energía, bloqueando el talento y maltratando su dignidad profesional y personal.

Incumplimiento de compromisos

Ya sea por no ser ejemplo de lo que predica, por no cumplir compromisos adquiridos, o por ser impuntual es otro de los factores que día a día acaba con la motivación del equipo. Más del 20% tienen o han tenido jefes de este corte, que ya a simple vista explica por qué no logran alcanzar el liderazgo. La dirección de un equipo obliga a ciertas pautas mínimas, y aún hay jefes, demasiados parece ser, que creen que el cargo les otorga la bula para actuar de cualquier forma sin que repercuta en el equipo.

No comunicar bien y a tiempo

Aparece el decimoprimer de las conductas más negativas de los jefes españoles, acusada por un 21,29%. Los problemas que origina la mala comunicación son, cada vez más, causa de numerosas rupturas entre jefes y colaboradores, ya que no sólo implican desmotivación o pérdida de entusiasmo, sino que pueden llegar a generar

situaciones de rechazo, engaño, estrés y un largo etcétera. Al fin y al cabo, la dirección de personas se ejerce fundamentalmente vía comunicación: hablando y escuchando, y si eso no se sabe hacer al nivel que exige el puesto de jefe, malo.

Injusticia, Falsedad y “Roba medallas”

En los puestos 12, 13 y 14, con valores de entre el 19,54 y el 17,79%, aparece un grupo de conductas relacionadas con la “Injusticia”. Cubre desde el no dar recompensas adecuadas a lo exigido o favoritismos hasta la Falsedad, traducida en hipocresía, ser mentiroso y manipulador. El último factor de este trío desmotivador es el “Roba

medallas”, que se traduce en no repartir los logros, acaparar méritos, egoísmo personal y usar al equipo para su encumbramiento personal. Así, a simple vista, suenan tan sumamente impresentables estas conductas que parece increíble que cada una de ellas haya sido sufrida por casi uno de cada cinco trabajadores, y muchos de ellos las tres. Todavía hay muchos que no entienden que su éxito es la suma del éxito de su gente. Y si se dedicaran a ayudar a triunfar a su grupo, no sólo triunfaría él o ella, sino que lograría más y mejores resultados.

Falta de confianza

Destacado por un 17,12%, este comportamiento es especialmente duro para los más jóvenes, las mujeres y el sector industrial. En estos colectivos, más que en el resto, el hecho de que el jefe no confíe en su gente y la falta de delegación que conlleva supone una fuente clara de desmotivación y, a la larga, de pérdida compromiso.

Falta de valor

Se traduce como la ausencia de valentía y falta de personalidad para hacer lo adecuado. También en inseguridad y en no transmitir hacia arriba por temor. Conductas como éstas suelen implicar un ejercicio mediocre de la dirección y afecta a un 14,69% de la muestra. Es mucho más repudiada por los hombres que por las mujeres, e igualmente por los mayores que por los más jóvenes.

Poca claridad en los objetivos

Se sitúa en el penúltimo lugar de la deshonrosa lista de los comportamientos más incorrectos e irritantes. Implica que los jefes no dejen claro qué esperan del colaborador. Afecta al 13,34% de los profesionales, con mayor fuerza en el sector de informática y telecomunicaciones.

No respetar horarios y tiempo de los colaboradores

Cierra la lista negra de las peores prácticas y conductas de los jefes españoles. En plena lucha por la conciliación y el equilibrio de la vida profesional y personal, sorprende que sólo haya sido destacado por un 10,11% de los profesionales encuestados. Irrita especialmente a un buen número de jefes, a profesionales de más de 40 años, a las mujeres y a los trabajadores del sector servicios. Uno de los encuestados comentaba que estaba desbordado de trabajo y poniendo muchísimas horas de más. Sin embargo, lo que le tenía quemado no era eso, pues a él no le importaba trabajar mucho, es más, incluso le parecía bien. Según sus propias palabras: el problema no es el trabajo, son mis jefes.

Se consciente es el primer paso.

Fuente:

Jefes irritantes y empleados tóxicos

EOI ESCUELA DE ORGANIZACIÓN INDUSTRIAL

https://www.eoi.es/es/savia/publicaciones/20722/jefes-irritantes-y-empleados-toxicos

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